Félix Arcadio Montero Monge

Félix Arcadio Montero Monge

“Don Félix Arcadio vivió en la montaña.
Tenía los ojos como la mañana.
Cuando Iglesias dijo:
“Mi caballo blanco, mi frente altanera”.
Don Félix decía:
“Patria alborozada. Patria estremecida”.
Cuando Iglesias dijo:
“Mis montes, mis valles, mis cañaverales”.
Don Félix decía:
“Tus aires, Patria, tus palomares”.
Cuando Iglesias dijo:
“Mis ríos, mis mares”.
Don Félix decía:
“Tus pajarillos, tus libertades”.
Don Félix Arcadio vivió en la montaña.
Tenía los ojos como la mañana”."Herediano de nacimiento -por lo que hoy la principal escuela y una calle de Santo Domingo portan su nombre-, al igual que su esposa Rosa Segura Fonseca, este notable abogado y ciudadano tuvo fincas en Naranjo. Fue el último rector de la Universidad de Santo Tomás, clausurada en 1884, a pesar de sus luchas por evitarlo, así como el fundador del Partido Independiente Demócrata, que ocuparía el segundo lugar en las elecciones de 1894, las cuales permitirían la instauración de la tiranía de Rafael Iglesias, por ocho años. Pero no fue una tureca ni un partidito de pasarraya, sino el primer partido progresista y radical, de fuerte y profunda raigambre popular, campesina y obrera, en el cual por cierto militara el siempre indomable José María (Billo) Zeledón, autor de la letra de nuestro Himno Nacional.Y, por su beligerancia, Montero tendría que pagar un alto precio personal y familiar. Cuentan los historiadores que Iglesias fraguó un auto-atentado, del cual lo inculpó, por lo que lo persiguieron. Entonces, amigo leal y cabal, mi abuelo Ascensión Quirós construyó un escondite en su casa -el cual conocí de niño, y sería utilizado por otros durante los conflictos de 1917 y 1948-, que no pudo utilizar, pues lo capturaron antes, en Naranjo. Viles, lo encerrarían por 14 meses en una jaula diseñada para criminales mientras se esperaba el proceso judicial, tras lo cual, declarado culpable, fue desterrado a Barcelona. Permaneció allá varios años y, a su regreso en 1897, moriría en el barco al ingerir un plato idéntico al de otros pasajeros, a quienes curiosamente nada sucedió.Su nieto Arturo, muchos años después lo evocaría así:“Mi abuelo está en el mar. Iglesias quiso que su cuerpo muriera entre las algas. Mi abuelo es marino desde entonces, y toca puerto cada vez que la Patria lo llama. Mi abuelo está vivo. Mi abuelo es marino, Iglesias lo sabe”."

Tomado de http://www.tribunademocratica.com/2006/11/en_octubre_montero_vega.html

viernes, 25 de enero de 2008

¡¡SÁNCHEZ DEBE IRSE!!


MOVIMIENTO PATRIÓTICO
FELIX ARCADIO MONTERO
SANTO DOMINGO DE HEREDIA


LLAMADO DE PARTICIPACIÓN SOLIDARIA NACIONAL

Hacemos un llamado a todos los comités cívicos de Heredia, grupos políticos y otras organizaciones de la sociedad, para unírsenos a la iniciativa de los Comités Patrióticos Heredianos y hacer realidad la destitución de Fernando Sánchez Campos.

Los heredianos (as) han programado una serie de publicaciones y campos pagados en la prensa escrita nacional.

Necesitamos contar con su valiosa colaboración para lograr una efectiva reacción de ámbito político nacional.

La primera publicación de esta campaña ya está preparada, agradeceremos contribuciones en la cuenta del Banco de Costa Rica número 001-0165765-8 a nombre de Roberto González y que firma conjuntamente con el oceanógrafo Guillermo Quirós.

Sánchez es ahora mejor diputado?

Encuesta de DiarioExtra.com

Fernando Sánchez dice que ahora se siente mejor diputado, ¿está usted de acuerdo con ese criterio?
NO 89.1%
SI 7.2%
NO SE 3.7%

Votos Totales: 512

Productividad en el Pacífico Centroamericano




Normalmente pasamos desapercibidos la riqueza marina en la región, especialmente la que se produce en la época seca, cuando el viento alisio estructura enormes remolinos altamente productivos, que interactúan con el Domo Térmico. Y que por otro lado, despeja de nubes la superficie del mar permitiendo a los sensores del satélite penetrar. Esta imagen del 22 enero, es una linda muestra de esta riqueza.
La escala superior indica la concentración de clorofila, en relación directa con la concentración de fitoplancton en la superficie del océano. Cada cuadrito equivale a 200km x 200km de lado –ello permite medir el área de cada remolino o su diámetro-. Las flechas rojas indican regiones de alta concentración de atún, marlin, tiburones, dorados. Las azules de mamíferos marinos. La amarilla indica una inusual concentración de riqueza en la parte externa del Golfo de Nicoya.
Es un producto de alto valor estratégico para la flota pesquera internacional, que tiene acceso a esta información y llega a los sitios más productivos, sin que nuestros guardacostas siquiera puedan zarpar hacia aguas azules muy ticas.
A ver cuando despertamos y aprovechamos nuestras riquezas…
Santo Domingo, Heredia. 24 enero 2008


Ocean. Guillermo Quirós Alvarez
http://www.institutodecostas.net
(petroglifo indicando hidrodinamica estuario rio Térraba)

jueves, 17 de enero de 2008

Frenada ley de UPOV

Oscar López diputado del PASE, gracias al apoyo y las firmas de los diputados José Merino, Alberto Salom, Lesbia Villalobos, Francisco Molina, Leda Zamora, Olivier Pérez, Grétel Ortiz, Rónald Solís y Marvin Rojas, presentó ante la Sala Constitucional consulta facultativa del expediente Legislativo 16.327 que contiene la Ley de Obtenciones Vegetales.

El proyecto ya fue aprobado en primer debate por el G-38, pero esta consulta de constitucionalidad, impedirá por el momento que se convierta en Ley de la República.

La consulta del diputado Oscar López, pretende que la Sala declare inconstitucional la Ley de Obtenciones Vegetales tanto por errores de fondo como por equivocados procedimientos en su aprobación; debido a que originalmente se estaba dictaminando un proyecto distinto al que se votó en el Plenario Legislativo, lo que crea severos vicios de inconexidad.

El legislador, alega seis razones dentro de las que destacan la violación a varios artículos de la Constitución Política, problemas de legalidad en la aplicación de la ley para el juez civil, y violación a convenios internacionales como la Convención de Diversidad Biológica.

También señala las dramáticas consecuencias en las modificaciones alimentarias que producirá la tutela de las obtenciones vegetales, provocando perjuicio y consecuentemente abandono de los cultivos en las economías regionales, especialmente en los territorios indígenas.

Además considera el diputado Oscar López que la Corte Plena de la Corte Suprema de Justicia, se encontraba en la obligación de evacuar una consulta que sobre este proyecto le formuló la Comisión Permanente de Asuntos Agropecuarios.

La inadmisibilidad de dicha consulta por parte del Presidente de la Corte Suprema Dr. Luís Paulino Mora, generó un vicio sustancial del procedimiento al no observarse lo ordenado en el artículo 167 de la Constitución Política que así obliga, pues este proyecto modifica y altera desde el punto de vista organizacional y funcional al Poder Judicial, sobre todo por las nuevas potestades y competencias que le confiere a los jueces civiles para la resolución de los diferendos, por concepto de titularidad de derechos de obtentor, para lo cual se debió modificar el Código Procesal Civil.

Otro de los aspectos sobre los que trata la consulta facultativa redactada por el diputado del PASE, tiene que ver con el Derecho CONSTITUCIONAL de todos los costarricenses a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado, que implica la participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de la utilización genética, mediante un acceso adecuado a esos recursos y una transferencia apropiada de las tecnologías pertinentes, teniendo en cuenta todos los derechos sobre esos recursos y a esas tecnologías, así como mediante una financiación apropiada, aspectos todos que fueron obviados dentro del proyecto de ley en claro detrimento de los pequeños agricultores y de las comunidades indígenas.

Usted puede acceder al texto completo de esta consulta facultativa de constitucionalidad y bajarlo para su estudio, visitando la página web: www.oscarlopez.net.

Y además de esta acción concreta, el diputado Oscar López le ha pedido a la Corte Plena de la Corte Suprema de Justicia, la nulidad de los procedimientos de admisibilidad de consultas legislativas, siendo que en las próximas horas interpondrá una acción de inconstitucionalidad contra los acuerdos de Corte Plena que impiden que se evacuen tales consultas, como ocurrió en el proyecto de Obtenciones Vegetales.

Kricia Montoya

viernes, 4 de enero de 2008

Los combatientes domingueños

Don Clímaco (con casi 101 años), nieto del combatiente Sebastián Chaves. Foto: Fernando Leitón

El 1º de diciembre del 2007 la Municipalidad de Santo Domingo rindió homenaje a los héroes de la Campaña de 1856, tatarabuelos,de nuestras compañeras del Movimiento Félix Arcadio Montero: Elena Villalobos y Lorena Ulate . Al igual que sus antecesores sus descendientes luchan por una patria de “profunda raigambre campesina, generosa y solidaria” como señala el historiador Luko Hilje Q.


Los combatientes domingueños
© Informa-tico.com


Mañana espléndida de sábado, de diáfano cielo azul e intenso sol, de calor gratamente atenuado por estos penetrantes vientos alisios -que hacen ondear las banderas de la patria y del cantón, así como anunciar la Navidad-, hoy que diciembre empieza. La multitud ahí congregada frente al parque, en la esquina de la Municipalidad, expectante por la significativa placa por develarse, a la entrada de ese edificio.
Luko Hilje Q.



¡Cómo estremece, profundo, entonar el Himno Nacional en tal entorno, con la tríada de Marías que conforman el macizo del volcán Barva por fondo! Las mismas, compañeras de muchas otras Marías de carne y hueso, que con el corazón estrujado de angustia vieron partir a sus novios, hijos, nietos o esposos ante la convocatoria del patriarca don Juanito Mora, para ir a defender la patria amenazada. Como María del Pilar, María de Jesús, María de la Soledad, María Juliana, María Isabel, María Josefa o María Gertrudis. Una de ellas, mi tatarabuela María Manuela Sancho Madrigal, se libró de tan difícil trance pues, casada en Heredia con apenas 17 años en 1841, se había afincado en San Vicente de Moravia con su esposo Ramón Rojas Aguilar. De sus 11 hijos, para la época de la Guerra Patria habían nacido siete, de los cuales Rafael de Jesús -de pocos meses de edad- murió debido al cólera, enfermedad que también atacó a su madre, quien por fortuna pudo salvarse.


Pero las demás Marías y tantas otras mujeres con nombres diferentes -aunque siento que aquel bello nombre, epítome femenino, las contiene a todas- los vieron marcharse, sin saber si volverían. Y, ya enrumbados por el Camino Nacional, allá por Los Llanos y antes de sumergirse en los altibajos de los escarpados Montes del Aguacate, algunos de seguro voltearon su mirada vidriosa para divisar por última vez aquellas Tres Marías volcánicas y vigías de su querida Heredia, mientras un discreto y súbito escalofrío les recorría el cuerpo. Nostálgicos, añoraban en silencio su pujante y pintoresco terruño de Santo Domingo, imaginando que en el corredor que daba al solar, o protegidos del frío junto al fogón, allá estarían congregados sus seres amados, evocándolos entre rosarios y trisagios, con bienaventuranzas y buenos augurios.
En medio del tropel de briosos caballos, del rechinar de carretas atestadas de víveres, medicinas y pertrechos militares, del reverberante batir de los animados redoblantes -que competían con el monótono e incesante chirrido de las chicharras veraniegas- y de cánticos patrióticos ("Preparemos las armas invictas / en defensa de patria y honor; / les dará nuevo lustre la gloria, / nuevo brillo los rayos del sol"), vagaban sus mentes por aquellos días de infancia y juventud cuando, en medio de la paz y la frugalidad rurales, habían colmado sus sentidos con fragancias de montaña, sonidos de lluvias desbocadas o aguas raudas y cantarinas, trinos de aves multicolores, prados de intenso verdor y aroma a boñiga, mugidos de vacas rumbo al ordeño, fértiles sementeras de milpas, trigales, cañaverales, tabacales y hortalizas.


Sí, allá iban 33 lugareños dispuestos a defender la patria, pero con el anhelo de retornar sanos y salvos a sus hogares. Tristemente, pocas semanas después, los restos de Juan de Jesús Arias quedaban abandonados en suelo nicaragüense, tras el combate del 11 de abril de 1856 en Rivas. Y, también, víctimas del cólera, los de Félix María Bolaños Vargas en su travesía por Guanacaste, más los de otros cuatro (Toribio Argüello León, José María Arroyo Araya, Alejo González Chacón y Juan Orozco) lanzados al mar, junto con otros 88 combatientes que retornaban por barco. Duras viudez y orfandades que sobrevendrían, pues tres eran casados -con Juana Petronila, Josefa y Braulia, respectivamente- y tenían hijos: Félix María y Juan uno, y José María cinco.
Pero, por fortuna, otros regresaron ilesos, como ocurrió con Alejandro Araya Argüello, Enrique Arce Argüello, Julián Bolaños Rodríguez, Gabriel Cantillano Bolaños, Domingo Carrillo Bolaños, Sebastián Chaves Barquero, Valerio León Esquivel, Patricio León González, Sotero Portorrico, Ramón Salas Araya, Pedro Vargas Arce y Juan Manuel Villalobos Ocampo. También, aunque no confirmados de manera fehaciente -pues algunos permanecieron como reserva en el país, y sobre otros hay datos imprecisos-, estaban Félix de Jesús Argüello González, Manuel Azofeifa Ramírez, José Hilario Badilla Arce, Buenaventura Badilla Chaves, Cecilio Benavides, José Manuel Benavides Salas, Esteban Benavides Villalobos, Vicente Campos, Leandro Cantillano Barrantes, Andrés Carvajal, Rafael Cascante Villalobos, Narciso Chacón, Pascual Bolaños Rodríguez y Ramón Rodríguez Sancho.


Todo esto lo sabemos hoy gracias a la tesonera y meticulosa labor de rescate histórico del genealogista German Bolaños Zamora, coterráneo de todos ellos, plasmada en su nuevo libro "Los olvidados de la guerras. La Campaña Nacional y Santo Domingo de Heredia", gracias al meritorio esfuerzo de la Subcomisión de Cultura de los 150 Años de la Campaña Nacional y de otras personas y entes que hicieron posible su publicación. Pero, además, lograron organizar la hermosa ceremonia en la que se develó la inmensa placa, en la que figuran los nombres de 22 combatientes, rematada con la frase "Habéis cumplido enteramente vuestro deber para con la patria", con la que don Juanito agradeció a tantos aguerridos costarricenses la derrota de las malvadas fuerzas filibusteras.


Y es que, de veras, estos humildes hombres fueron a defender la patria con auténtico cariño y sobradas agallas, lo cual me hace evocar un pasaje del artículo "Al decir un siglo", contenido en el libro "Héroes del campo", publicado en 1929 por don Modesto Martínez. En él, su autor relata cómo el 11 de abril de 1916, al regreso de las celebraciones del 40 aniversario de la gesta, en Alajuela, coincide y conversa en el tren con un veterano de la Guerra Patria. Sin alarde alguno, silencioso, humilde y anónimo, este guayacán de 99 años de edad y vecino de La Uruca regresaba solo, descalzo pero bien vestido con "pantalón de dril a cuadros, muy limpio y muy aplanchado; camisa blanca, pañuelo de vistosos colores en la garganta y sombrero de pita de anchas alas en la cabeza", a lo que se sumaban una medalla y una banda tricolor cruzando su pecho. Feliz de haber asistido a la celebración, "él no habla de patriotismo, ni de heroísmo, ni de nada de esas cosas; él no cree que la Patria le deba gratitud a los veteranos: nos llamó don Juan Rafael Mora, dice, y fuimos a pelear. Eso es todo para él".


No pude evitar pensar en las palabras de este noble anciano durante toda la ceremonia, que culminara de manera realmente conmovedora. Ante fuertes y sentidos aplausos, don Clímaco Rodríguez Chaves con parsimonia se quitó el sombrero de fieltro para saludar a la multitud y, muy lentamente, apoyado en una andadera, avanzó hacia donde correspondía develar la placa conmemorativa en la que, entre tantos otros, está hoy grabado el nombre de su abuelo. El de Sebastián Chaves quien, con apenas 19 años de edad, quizás sin mucho miramiento acató el franco y directo llamado de don Juanito, combatió con arrojo y gallardía, se libró de la pólvora y el cólera, y pudo retornar del frente de batalla, donde lo esperaba ansiosa su madre María Dolores. Y, siete años después, se uniría a María Antonia, hija de María Ramona, para procrear seis hijos que perpetuarían su estirpe hasta hoy, bien encarnada en este nieto de 100 años y nueve meses de edad.


Y todo ello entre pródigas tierras y gentes domingueñas -de las que hoy soy cercano vecino, sin que supiera hasta hace poco de mis raíces aquí-, donde rodeados de recias Marías, las de carne y hueso y también de las que desde el volcán Barva cada día nos evocan lo eterno, sus pobladores han sabido contribuir en la construcción de Costa Rica. Patria pequeña pero invicta ante tantos avatares del destino, maciza en su cálida sencillez de profunda raigambre campesina, generosa y solidaria.