Cuando leí el comentario de Ricardo "convención sí coalición no" al principio no le presté atención pero luego me puse a pensar que refleja una emoción que en política es también una razón. Detrás de las palabras estaba esa configuración de realidad que a veces desdeńamos. El lenguaje no sólo configura la realidad sino que la moldea, es la capacidad de los seres humanos para comunicarse, tiene importancia tanto para las formas usadas como para la interpretación del contenido.
Cabe poca duda acerca de la necesaria unidad de las fuerzas progresistas aglutinadas en diversas formas de organización del movimiento social de cara al 2010 y 2011. Todas ellas con diversos niveles de conciencia y de diversidades construidas en experiencias concretas a lo largo y ancho del país.
Frente a esa necesidad de unidad - cuyo alcance social no es tan preciso científicamente hablando - las propuestas de unidad de ámbito nacional deben de partir y tomar en cuenta dos verbos que nuestro idioma posee: cooptar y concertar, cuyo significado hay que tener muy presente cuando se habla de unidad en cuestiones políticas:
* Cooptar: es admitir a un nuevo integrante de parte de las personas que ya están.
* Concertar: es acordar, pactar, decidir conjuntamente.
Los mecanismos para cooptar políticamente son muy diferentes a los mecanismos para concertar. Del cuidado con el cual se parta y se formulen las propuestas de unidad o se empiecen a construir nuevas tomando en cuenta esas diferencias verbales el camino hacia la unidad podrá ser más o menos exitoso.
Interpreto que cuando Ricardo dice convención apunta más hacia al verbo concertar y que cuando habla de coalición el verbo se acerca más al verbo cooptar.
Coaligarse implicaría en términos electorales la unión de varios partidos, es decir de personas que han aceptado de previo las reglas de parte de las personas que ya están en esos grupos. La convención por el contrario abre las puertas a otro tipo de representación de grupos, personas y colectivos no exclusivamente partidarios..
La convención conlleva por una parte una superación objetiva de los formalismos que impone nuestra legislación electoral, para paradójicamente volver a ella, lo cual implica y exige un desprendimiento inusual de los partidos políticos interesados en participar.
La convención es un reto de organización para lograr la representatividad y legitimidad de quienes concertan, en la coalición es más sencillo se trata de la reunión de los comités ejecutivos de los partidos cuya representatividad está dada por el caudal electoral que posee o que potencialmente se le adjudique.
Uno u otro camino son válidos políticamente para la unidad, sin embargo la convención es un reto nuevo para el país , para la imaginación, el desprendimiento y sobre todo para el análisis de la realidad, los tiempos y las emociones amén de los cálculos electoreros de los cuales ninguno de los caminos está exento.
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