Estimado Israel: no me parece justo creer que lo que pasa con la consultoría de Doña Epsy sea atribuible a esos dichos que refieren al dinero. Si bien coincido con vos en que las posiciones políticas del PAC la mayoría de las veces nos desconciertan por acción u omisión, la conducta de sus líderes no podría ser homologada a las de los líderes del PLUSC, Echandi, Guyón Massey por citar unos.
Tampoco creo que dentro de los partidarios de esos grupos PLUSC todos comulguen con las acciones de sus cúpulas. No todos los liberacionistas son corruptos y neoliberales, ni los mariachis, ni los libertarios, ni los que votaron por Guyón o Echandi. Los votantes y partidarios de esos grupos están igualmente confundidos, en no pocos casos desilusionados, muchos ya han exigido cuentas o se han separado. Tampoco creo que del otro lado lo que haya sea un coro de ángeles, desinteresado y con la verdad en la mano. En un país donde el "analfabetismo" político es de un 80% y durante los últimos veinte años se ha tratado de que crezca, cabe esperar acciones y conductas equivocadas de los aliados y de gente cercana o con quienes se camina trechos conjuntamente.
Las cuestiones políticas no suelen ser en blanco y negro, es por ello que la crítica debe ser constructiva y respetuosa y sobre las ideas no sobre las personas y esto es especialmente obligado entre los grupos que de alguna manera representan una posición alternativa al modelo de desarrollo que impulsan los PLUSC y compañía, aunque a veces cueste y como decía un amigo cercano "haya que tragarse más de un sapo".
Si alguna lección hemos debido aprender es que construir consensos y acuerdos de acción política en las actuales circunstancias en el país, respetando las diferencias, la legitimidad y la representatividad no es tarea fácil pero que hay que tratar de hacerla para sacar de todas las posiciones de poder a quienes se han casado con un modelo de desarrollo cargado de desigualdades e injusticia. Si en el camino hay que arreglar algunas cargas pues habrá que hacer el esfuerzo y se comienza con decir las cosas que se piensan a quienes consideremos que vale la pena convencer, independientemente de su origen partidario o sociopolítico pero de ninguna manera separándolo y encasillándolo en conductas políticas cuya titularidad con creces la tienen otros a quienes nos corresponde confrontar.
Con afecto
Emilia.
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