El hecho resulta dramático por varias razones. En primer lugar, obviamente, por motivos humanaríos; en segundo lugar, por el sospechoso interés, mostrado por el Diputado Jerez, en ese desalojo. Para nadie es un secreto que Jerez, es el diputado más anacrónico del actual Congreso, perdón, del actual "gobierno", porque aun no ha entendido, que su labor es la del legislador que perteneces a la Asamblea Legislativa y no la un mandadero del gobierno de la República que sale a impartir ordenes a funcionarios administrativos de los ministerios o la municipalidades. Pero, además, cabe preguntarse: ¿Qué motivaciones tiene el Diputado, que lo llevan ni siquiera a disimular su interés en ese desalojo ? De seguro, el masivo apoyo de la población de Nueva Guatemala, a la tendencia del NO, en el pasado fraudulendum, lo que dejó muy mal parado al Señor Diputado, frente a los Arias.
La tercera razón que hace del desalojo, un hecho dramático, fue las enormes y peregrinas mentiras de los funcionarios del IDA. que primero dijeron que las parcelas formaban parte del Parque Volcán Tenorio, después dijeron que ellos estaban equivocados; finalmente, incurren en "perjurio", ya que, bajo la fe de juramento, le informaron a la Sala Constitucional, que dichas parcelas si forman parte del parque, al momento de ejecutar el desalojo, cambiaron y dijeron que aunque no forman parte del parque, serán convertidas en una "reserva" y entregadas al Minae.
Veremos a quien, a ciencia cierta, le entregarán los politiqueros, las parcelas desalojadas.
Pero lo más grave es que los funcionarios del gobierno, ejecutantes del desalojo, después de haber recibido copia, con el sello de la Sala Constitucional, de la presentación de un Recurso de Amparo, no quisieron suspender el desalojo, violando de esta forma, el artículo 41 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional que claramente dispone que ante la sola presentación del recurso debía suspenderse el acto concreto de aplicación al recurrente, sea el desalojo.
Frente a semejantes tropelías, los campesinos y sus familias le dieron una lección de civilidad a las autoridades y al Diputado mandante, procediendo a desalojar sin violencia alguna y dejando en ridículo a quien también dijo a la policía, que tenían que llevar armas de grueso calibre, porque se trataba de gente muy violenta.
¡Viva el noble pueblo guanacasteco, que es tan bueno, aunque a veces peque de ingenuo y termine creyéndole a sus detractores!
Lic. Edgar Porras
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